África Vázquez creció buscando puertas a mundos mágicos hasta que se dio cuenta de que esas puertas también se pueden fabricar. Ahora vive al pie de unas montañas de aspecto misterioso y escribe historias con dragones, brujas y mucha magia. En sus ratos libres, le gusta cantar canciones épicas, tocar su vieja guitarra y hornear rollos de canela.